Niños inquietos y padres ausentes

Lo que ven los niños, es lo que reproducirán en el presente inmediato; pero también postergarán para el futuro. Ese famoso “chip” del que muchos

adultos hacen alusión, refiriendo que vienen más desarrollados, pero también más impositivos, puede transformarse a través de la educación que otorgan los papás en el hogar.

Es la falta de límites – desde pequeños – la diferencia en hijos obedientes y responsables, a los que no lo son. Hoy en día los trastornos emocionales están al alza en niños y adolescentes. Ante la pregunta a profesionales de la salud de cuál es el motivo de esta situación, comparándola con el pasado donde no se veían – o al menos no se conocía – dichos padecimientos, aseguran que la respuesta está en los padres de familia.

Basta con observar en los consulto

rios médicos, donde dan terapia psicológica y psiquiátrica, como se comportan padres e hijos mientras esperan su

turno: con celular en mano, sin cruzar palabra o miradas; otros, solo los dejan a la puerta del consultorio y posteriormente llegan únicamente a pagar la consulta. Mención aparte aquellos papás o mamás apáticos durante las sesiones familiares, donde precisamente (y en la mayoría de los casos) son ellos, quienes marcaron

o no una diferencia que hoy, los coloca en tales terapias.

Sin embargo, en el pasado también se vivió una educación castrante, donde los hijos no tenían voz, mucho menos voto. Generalmente era el papá quién reprendía al

hijo propinando nalgadas o golpes y la mamá consolaba, porque tampoco se le permitía dar juicio.

Es necesario encontrar el punto medio, definir lo que queremos para nuestros hijos y hacerlo hoy. La educación exige disciplina, pero también tolerancia, respeto, confianza y sobre todo, comunicación; aprendamos a observar el lenguaje no explícito: lo que a través de los silencios, nos dicen niños y adolescentes. Impulsemos sus sueños y anhelos, fortaleciendo la creativi

dad, sin ejercer el control o autoritarismo.

En la medida en que comprendamos como padres de familia que la educación de un niño no es solamente llenar la cabeza con lo que “es bueno o malo”

, avanzaremos en el aprendizaje tan vasto y complejo que exige la educación.